Internet está cambiando desde las clásicas páginas HTML estáticas de sólo lectura (Web 1.0) hacia un grupo de nuevas tecnologías y herramientas denominadas Web 2.0 que permiten al usuario ser también creador, compartir contenidos e interaccionar con otros usuarios.
La Web 2.0 supone básicamente dos cosas. En primer lugar, el usuario de la red pasa de ser un consumidor de contenidos a participar en la construcción y elaboración de los mismos. En segundo lugar, la Web 2.0 es la Web como plataforma. Aparecen una serie de herramientas online que permiten realizar tareas sin tener instalado el software o programa específico.
La gente esta tomando su propio espacio en la red y crea su propio micromedio (blogs, wikis, foros, grupos, redes sociales, etc). Junto a estas herramientas, una de las tecnologías que más han revolucionado el modo en qué consumimos y difundimos información ha sido el RSS y la sindicación de contenidos.
RSS (Really Simple Syndication) es un formato gracias al cual podemos compartir información con terceros y usarla en diferentes aplicaciones. Este sistema es uno de los más eficaces para mantenerse actualizado de los temas que nos interesan, la idea es muy sencilla, que no sea el consumidor el que va en busca de la información, sino que es ésta, quien de forma automática llega al interesado.
Con la sindicación de los contenidos, las bibliotecas y centros de documentación han mejorado sus servicios de alerta y difusión selectiva de información además de contribuir a la ampliación de plataformas de acceso a la información por parte del usuario.
Partiendo de las características propias de nuestros usuarios y de tecnologías de la Web 2.0 los profesionales de la información (documentalistas, bibliotecarios, archiveros, periodistas, diseñadores web) tenemos la oportunidad y el deber de adaptarnos a los tiempos que corren y mejorar y renovar nuestros servicios y productos y nuestra concepción de centros de información de manera que éstos pasen de ser contenedores de información a erigirse como una plataforma de búsqueda, creación, intercambio y difusión de conocimiento gracias la colaboración entre bibliotecarios, documentalistas, usuarios, visitantes, etc.
Podemos sacar provecho de muchas de las herramientas y utilidades de las llamadas Web 2.0 para dar respuesta a las necesidades y tareas básicas de nuestro día a día profesional:
• Crear y publicar información
• Búsqueda y selección documental
• Acceso y almacenamiento
• Difusión de información
El Web 2.0 no es precisamente una tecnología, sino es la actitud con la que debemos trabajar para desarrollar en Internet y compartir el conocimiento. Tal vez allí está la reflexión más importante del Web 2.0.
En definitiva la Web 2.0 es una nueva forma de entender Internet que promueve que la organización y el flujo de información dependan del comportamiento de las personas que acceden a ella, permitiéndoles un acceso más fácil y centralizado a los contenidos y su participación con herramientas fáciles de usar.
Los profesionales de la información debemos ahora aprender a integrar y adaptar todas estas herramientas a nuestras necesidades y particularidades, mejorando nuestros servicios y productos.
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